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Sugerencias de viajes

Una villa inesperada en la Toscana gerundense

Casa Anamaria, que fue segunda residencia de un sobrino de François Mitterrand, es hoy un romántico lugar para alojarse y saborear artesanía culinaria en manos del chef Pere Arpa

Casa Anamaria Ollers Girona

Si la vida es todo aquello que nos sucede mientras nos ocupamos en otros planes, persiguiendo sueños y objetivos, como insinuaba John Lennon, en cada viaje hacia un destino también la vida la van completando sorpresas en el camino. A veces se atraviesan lugares cuyo atractivo termina por retenernos. Hay paisajes que piden parar y contemplar, como en la comarca del Pla de l’Estany. 

Estando rodeada de tan bellos destinos –Costa Brava, la ciudad de Girona, la zona volcánica de la Garrotxa–, no es extraño que pueda haber pasado tan desapercibida, cuando atesora unos paisajes de bosque y praderas maravillosos. Sus campos de cereal en tonos ocres o más verdes, según el momento del cultivo, nos llevan la mente al ambiente en la Toscana italiana.

Campos de cereal Casa Anamaria Girona

Todo eso enamoró, hace veinte años, a Olivier Mitterrand, sobrino del que fue presidente de la República Francesa, François Mitterrand. Cruzando los Pirineos, y a poco menos de media hora de la seductora Costa Brava, halló aquel enclave que le pareció tan encantador que buscó en él una casa para venir a descansar con su esposa y su familia, un lugar donde relajarse siempre que pudieran. “Fue una historia de amor. Un amor a primera vista”, recuerda Olivier Mitterrand.

En una ubicación preciosa, sin ninguna otra casa alrededor, él y su mujer eligieron aquella masía. “Era todo muy verde, junto al Pirineo y la nieve en invierno, nos enamoramos del norte de Catalunya, con el mar y las montañas tan cercanos, precioso”, explica el propietario, que adquirió Can Motes d’Ollers, una masía del siglo XIV, y la granja adyacente. Ubicada en el término municipal de Vilademuls, la masía de Can Motes es muy conocida porque en su momento fue residencia temporal del rey de Aragón Pedro IV el Ceremonioso.

Arreglaron la masía y disfrutaron de ella todo lo que pudieron. Y en 2014, decidieron dar la oportunidad a otras personas de poder respirar la calma de ese encantador entorno y despertar con la vista en tan sublime paisaje. “Construimos un hotel romántico, una mansión clásica inspirada en los palacios franceses”, detalla Oliver Mitterrand. Fue una obra encargada al arquitecto barcelonés Xavier Gelabert, que además se rodeó de un gran jardín estilo Versalles, que fue diseñado por el paisajista de Banyoles Martirià Figueras.

Pere Arpa chef del hotel Casa Anamaria en Ollers Vilademuls con el propietario Olivier Miterrand  y Jordi Compte...

Casa Anamaria, Hotel & Villas dispone de 26 habitaciones repartidas en tres espacios diferentes, el hotel y sus dos villas: Villa Maria, que es la masía original del siglo XIV, y Villa Ana, una casa de turismo rural con servicios de hotel. También dispone de un espacio para la relajación, spa, una biblioteca, un salón bar para tomar algo, piscina al aire libre, disponible para nadar de junio a septiembre, y una pista de tenis.

El espacio cuenta también con salones para convenciones y es idóneo para celebraciones familiares y bodas. Entre lo que fue el pajar y la masía, hay una plaza con mucho encanto, como el centro neurálgico de un pequeño pueblo.

DESARROLLO ECOLÓGICO

El hotel Casa Anamaria recibió una certificación de gestión forestal sostenible en su finca de unas 70 hectáreas de bosque y campos de cultivo, y dispone de un sistema térmico a base de energía geotérmica. Tampoco hay en sus instalaciones cables de electricidad y la luz es indirecta.

Suite en Casa Anamaria Girona

A través de grandes ventanas, las habitaciones presumen de la luz natural, además de las vistas en un extenso horizonte de terreno para contemplar, prácticamente sin levantarse de la cama.

UN CHEF CON HISTORIA MICHELIN

En las escapadas familiares de Olivier Mitterrand durante tantos años a la masía del Pla de l’Estany, ha tenido ocasión de ir localizando lo mejor del territorio en cuanto a actividades, productos y también restaurantes. En uno de ellos, Ca l’Arpa de Banyoles, puso su atención en el chef y propietario, Pere Arpa. Ha sido reconocido con una estrella Michelin durante 14 años y también obtuvo dos soles de la Guía Repsol. Arpa, que se había formado primero en Bellas Artes, ha acabado evolucionando en el arte de combinar los mejores productos del territorio para servir deleites. Y Mitterrand le ofreció ponerse al frente de los fogones de su hotel-restaurante.

A disposición de su equipo culinario, la finca tiene una huerta ecológica para mezclar, complementar y acompañar con verduras y una gran diversidad de hierbas aromáticas las recetas preparadas por Arpa, donde el mar y la montaña tienen presencia. Aves, gambas, calamares salteados con panceta selecta, sardinas con garbanzos dan a entender magníficamente que es un lugar en el que se apuesta por la cocina tradicional actualizada con un gran abrazo al territorio. 

Juegan con ventaja: el chef conoce bien el entorno, porque es su tierra, selecciona a los proveedores de quesos, aceite, ternera, cordero… todo crece, se cría y se elabora a muy pocos kilómetros a la redonda. Y las verduras que el huerto en la propia finca no alcanzan a brotar, él mismo las compra en los mercados de las poblaciones vecinas.

Pere Arpa se formó junto a referentes de la cocina como Martín Berasategui, Álex Montiel y Joan Piqué, antes de abrir su propio restaurante en su ciudad natal, Banyoles.

Una buena experiencia al frente de la cocina, para una vivencia extraordinaria como comensales en este rincón gerundense, a poco menos de media hora de L’Escala, y más o menos lo mismo de la ciudad de Girona. El restaurante del hotel, en el que se puede reservar aunque no nos alojemos en él, dispone de mesas interiores y exteriores en una inspiradora terraza donde los olivos, de cerca, y el paisaje, hasta donde alcanza la vista, nos acompañan.

Lago de Banyoles

Un tesoro por descubrir, al acercarse o dejar atrás –pero sin alejarse de ella– la Costa Brava. El entorno del hotel Casa Anamaria brinda además la oportunidad de emprender paseos o excursiones a pie o en bicicleta para adentrarnos en esta desconocida y seductora comarca.

El Pla de l’Estany es una comarca de la demarcación de Girona, de poco más de 200 km2. Su capital, Banyoles, es conocida por su estanque, integrado en el Plan de Espacios de Interés Nacional, y el más grande de Cataluña. En él se celebran travesías a nado, pero sobre todo es un agradable lugar para pasear, correr o pedalear por el sendero que completa su perímetro. El paisaje de las aguas y su entorno es relajante y las puestas de sol, en ese contexto, en todas las épocas del año son espectaculares.

Fotos y texto vía revista Traveler