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Sugerencias de viajes

Las 23 mejores islas griegas que visitar en 2022

La guía definitiva de las mejores islas griegas: desde las grandes Santorini, Creta y Rodas hasta las joyas ocultas de Astipalea y Tenos.

Grecia es la cuna de nuestra civilización, el lugar que inspiró grandes obras de arte… y también inspira nuestras ansias viajeras. Pero con más de 200 islas entre las que elegir, organizar el viaje puede convertirse. en una tarea titánica. ¿Cuáles son las mejores islas griegas? Rachel Howard, viajera habitual del archipiélago, nos revela en cuáles debemos desembarcar en 2022

.El pueblo de Oia en Santorini .

Ideal para: recién casados y quienes visitan Grecia por primera vez.Las parejas recién casadas de chinos y americanos hacen cola para sacarse selfies dándose arrumacos con el atardecer de Santorini de fondo. Puede sonar a cliché, pero la imagen del sol hundiéndose en la caldera volcánica sumergida sigue siendo arrebatadora. Hubo una erupción en el corazón de Santorini hace 3500 años y dejó como vestigio playas de arena negra, acantilados de vértigo plagados de color y las leyendas de Atlantis, el continente hundido.La erupción tuvo otro efecto: el de enterrar la antigua ciudad de Acrotiri bajo capas de ceniza y crear un terreno fértil idóneo para las uvas assyrtiko y los vinos vin santo (puedes probarlos en las bodegas de Domaine Sigalas y Vassaltis, acompañados de platos tan delicados que sientes cómo las uvas cantan en tu boca).Aparte del viaje en barco al cráter humeante de Nea Kameni y los baños termales de Palea Kameni, no hay mucho que hacer aparte de contemplar las vistas arrebatadoras desde la suite, a vista de pájaro al borde de la caldera. La mayoría de alojamientos se concentran en Oia e Imerovigli, pero el pueblo de Pyrgos está en alza, así que no lo descartes como posibilidad. Tómate un bellini al atardecer en el bar Franco’s o cena en el restaurante Botargo, con mientras disfrutas de unas vistas arrebatadoras. Emporio es un pueblo más pequeño y aún más bonito, con unos pocos Airbnbs y cafeterías tradicionales. Para conocer Santorini cuando no está repleta de cruceros e instagrammers, explora el sur de la isla, mucho más tranquilo. Eso sí, recuerda no compartir tus descubrimientos y guarda los secretos que encuentres.DÓNDE ALOJARSELas opciones de moda van y vienen, pero ninguna ha superado a Perivolas en materia de estilo y tranquilidad. Si no quieres reparar en gastos y no soportas las multitudes, reserva Perivolas Hideaway, una villa frente al mar en Therasia, la hermana pequeña de Santorini, o en Erosantorini, una increíble casa en la cima de un acantilado con una piscina de varios niveles a 300 metros sobre el mar. Las suites de The Vasilicosla antigua casa de verano de un excéntrico coleccionista de arte, aún transmiten un aire hogareño, gracias a un personal encantador y sus interiores elegantes y sencillos. Si buscas una casa para alojarte, te recomendamos la villa Superior Eolia en Airbnb por su espacio de salón compartido, originales entradas abovedadas y deslumbrantes vistas del mar.

Casas coloridas contra el azul del mar en la cosa de Siros .

Ideal para: los amantes de la cultura y los viajes en temporada baja más selectos.En Siros, capital de las Cícladas, no encontrarás casitas encaladas y coquetas callejuelas. La colorida ciudad decimonónica de Ermúpoli corona dos picos: uno de tradición ortodoxa y otro de tradición católica, vestigio de la larga ocupación veneciana de la zona. Ermúpoli tiene un innegable aire italiano, con sus plazas de mármol, mansiones regias y el teatro municipal Apolo, modelado a partir del teatro milanés La Scala y que representa el corazón del prestigioso panorama cultural de la isla. Siros celebra festivales de animación, danza, arte digital, cine, música clásica y rembetiko, el blues griego que popularizó el músico local Markos Vamvakaris. En Ano Syra, la parte alta de la ciudad, unos pocos locales de rembetiko resisten al paso de tiempo.Siros, que una vez fue el astillero más importante de Grecia, aún cuenta con un varadero en Neorion, pero el legado más espléndido de la industria marítima son las mansiones de Vaporia y Poseidonia. Las playas no son tan espectaculares, con la honrosa excepción de las playas de Delfini, Varvarousa y Aetos en la zona asilvestrada del norte, pero lo que sí abundan son maravillosas tabernasAmbela para los que buscan el pescado más frescoIliovasilema, en la playa de Galissas, ofrece platos increíbles como la ensalada de romero marino con erizo de mar o su sopa de sebastes; o Allou Yallou, en el precioso pueblo costero de Kini, el sitio perfecto para comer langosta con orzo. En Ermúpoli, los sitios más lujosos para comer y beber algo están en la calle AndrouOusyra, donde el chef sirve pasta a la griega y ensaladas equilibradas y deliciosas, y Django Gelato, donde el helado de castañas tostadas y el sorbete de higo se agotan a la media hora. Tal vez el restaurante más bonito sea Mazi, con su patio cubierto de hiedra engalanado de buganvilla. No puedes irte sin aprovisionarte de delicias turcas y queso San Michalis de la tienda de delicatessen Prekas y sin comprarte unas gafas de sol de madera hechas a mano en ZyloDÓNDE ALOJARSEEn la costa de Vaporia, la casa de Xenon Apollonos ofrece tres dormitorios con techos troqueladosmuebles de época y ventanales con vistas al mar. El hotel Ploes, un palazzo entre las rocas, es la siguiente mejor opción. También recomendamos el hotel Aristide, un aristocrático y excéntrico hotel de nueve habitaciones en una calle tranquila, aunque, eso sí, este está apartado de mar.

Casco antiguo de Naxos .

Ideal para: quienes buscan idílicas playas de arena.Los pobladores de Naxos hicieron, en su tiempo, una fortuna considerable con la exportación de patatas, queso, mármol y esmeril, abandonando las tierras estériles de la costa, al considerarlas poco productivas, en favor de sus hijos más vagos. Irónicamente, cuando los turistas desembarcaron en la isla en tropel, estos holgazanes se vieron de pronto colmados de riquezas. La costa oeste de Naxos está bordeada de kilómetros y kilómetros de arena fina. Agios Prokopios y Agia Anna harán las delicias de niños y adolescentes con sus aguas poco profundas y sus chiringuitos de playa. A medida que te adentras hacia el sur, las playas se ensanchan: puedes recorrer las dunas de Plaka a caballo, hacer windsurf o kitesurf en Mikri Vigla o disfrutar del agua cristalina de Kastraki.Si te cansas de la costa, puedes explorar las docenas de pueblecitos tranquilos o las tres titánicas estatuas de kuros escondidas en las colinas. Prueba el kitron, un licor de pomelo típico de la zona, en la destilería Vallindras de Halki o el vino casero y el queso arsenikó a la sombra de los plataneros del pueblo Ano Potamia. Normal que Heródoto hablara de Naxos como “la más feliz de las islas”. DÓNDE ALOJARSECorona Borealis es un lugar de retiro de siete habitaciones con una piscina estratégicamente colocada para disfrutar del atardecer y una ensenada privada en la que podrás cenar bajo las estrellas. Kavos, por su parte, ofrece un discreto complejo de villas encaladas rodeadas de brillantes parterres de buganvilla, geranios y rosas con vistas a la playa de Agios ProkopiosNaxian on the Beach es un alojamiento solo para adultos a pocos metros de la playa de Plaka. Sus diez habitaciones están enmarcadas en bambú, miStefano AzarioCorfúIdeal para: disfrutar de paisajes peculiares y exuberantes.Corfú es la reina del baile de las islas jónicas. Su capital, ciudad cosmopolita donde las haya, es un encantador batiburrillo de influencias coloniales venecianas, británicas y francesas. La noche ideal en la ciudad empieza con unos cócteles en la calle Liston (una columnata hecha a imagen de la rue de Rivoli de París), seguida por una cena en Salto, un bistro sin pretensiones a las afueras del casco antiguo.Con sus pueblecitos de colores pastel, sus vibrantes campos de olivos e imponentes mansiones, el resto de la isla recuerda a la Toscana, pero con la ventaja extra de contar con algunas de las mejores playas de Europa. Los más avispados se alojan en la costa noreste de Corfú (apodada Kensington-on-Sea, “el Kensington de costa”), uno de los lugares favoritos de la jet set británica. El cercano Agni, un pequeño pueblo pesquero con tres tabernas rivales (la mejor es Toula), está repleto de familias ricas y lanchas.Desde este lugar puedes alquilar un barco y adentrarte en una ensenada, por ejemplo, NissakiAgios Stefanos o Kerasia, o aventurarte en el corazón de la isla hasta Ambelonas, una encantadora escuela de hostelería con bodega y restaurante que se especializa en platos locales atípicos, como el cerdo asado con membrillo o la crème brûlée con kumquats de la isla. No te recomendamos acercarte al sur, sobre todo a Kavos, a menos que busques atracciones turísticas más zafias.DÓNDE ALOJARSE CV Villas domina el mercado de alojamientos de lujo en la zona noreste de Corfú. Si te apetece más un todo incluido, echa un vistazo al hotel Ik Julien CapmeilCefaloniaIdeal para: familias en busca de unas vacaciones relajantes.Escoger a Penélope Cruz para hacer el papel de una campesina griega es una decisión arriesgada; filmar una película sobre la Segunda Guerra Mundial en una isla arrasada por un terremoto en 1953, directamente loco. Y sin embargo La mandolina de capitán Corelli puso el foco en la hasta entonces desconocida Cefalonia en 2001. Sus impresionantes paisajes cumplen las expectativas: la blanca playa de Myrtos, la gran atracción de la isla; la playa de Horgota, bordeada de pinos, y las alturas de vértigo del monte Ainos, un parque nacional por el que deambulan los gamos y los caballos salvajes. La empresa Outdoor Kefalonia organiza safaris en coche muy recomendables, si es que tienes el estómago fuerte para aguantar las curvas muy cerradas de las carreteras serpenteantes. Sorprendentemente, los dos pueblos costeros más bonitos, Assos y Fiskardo, no tienen la fama que merecen, pero los visitantes más selectos sí han descubierto su fotogénica belleza. Todo el mundo, desde John Galliano a Jon Bon Jovi, se ha lanzado a la costa para probar la pasta marinera del Tassia, en Fiskardo, acompañado de un vino robola o muscat de la zona (recomendamos el muscat orgánico del siglo XIX del Haritatos Estate de Lixouri, un lugar encantador para una cata de vino). La costa rocosa que rodea Fiskardo está deliciosamente limpia, así que podrás hacer esnórquel en los pueblecitos de Dafnoudi o de Emblissi, flanqueados de afloramientos de piedra caliza que le dan al agua un tono azul eléctrico.DÓNDE ALOJARSESiguiendo la línea de las escarpadas colinas verdes de Livathos, el negocio familiar de F Zeen se extiende en forma de villas de piedra natural y terrazas desgastadas por el sol, con mesas rústicas y piscinas, desde los cuales se visualizan imágenes impresionantes del mar Jónico. Si te apetece una experiencia más familiar y lujosa, Emelisse ofrece fantásticos tratamientos de spa de Elemis con vistas a Fiskardo. 

Preciosa capilla encalada junto al mar en Sifnos .

Ideal para: los gourmets en busca de festines griegos. Sifnos le debe su reputación gourmet a su habitante más famoso, Nicholas Tselementes, que escribió el primer libro de cocina griega en 1910. Olvídate del souvlaki y la moussaka: los buñuelos de garbanzo y las alcaparras estofadas son clásicos en las tabernas griegas. La isla está salpicada de talleres de alfarería que fabrican las cazuelas de barro en las que se preparan el revitháda (garbanzos asados) y mastello (cordero con vino tinto y eneldo). To Meraki tou Manoli, una institución local escondida en la bahía de Vathy, prepara platos tradicionales a fuego lento en un horno de leña (cuando estés ahí, invierte en una cubertería para toda la vida de la alfarería Atsonios, que lleva abierta desde 1870). En el pueblo de postal de Artemonas, todos los caminos llevan a Thedorou, proveedores de nougat con galleta de oblea y otros dulces de almendra desde 1933. Puedes comer en bikini en Omega 3, donde dan a los ingredientes locales, ya sean vegetales o animales, un toque exótico: tempura de rabasanguila ahumada en gazpacho de melón con wasabi y sorbete de garbanzos con mermelada de albaricoque salvaje y piñones. En 2020, el antiguo chef de Omega 3, el energético Giorgos Samiolis, abrió Cantina, un restaurante igual de experimental en Seralia, una pequeña y bonita bahía bajo la hermosa ciudad medieval de Kastro. Las langostas se cogen directamente del mar en Heronissos y se sirven con espagueti a las finas hierbas, en un equilibrio perfecto entre lujo sin pretensiones y la naturalidad más auténtica. Un poco como le pasa a la misma Sifnos.DÓNDE ALOJARSECon su piscina desbordante en lo alto de un acantilado y sus atardeceres cálidos, Verina Astra no necesita hacer nada para ser un alojamiento atractivo. En la playa de Platis GialosVerina Suites representa una opción más idónea para un viaje en familia. Kamaroti es una opción encantadora con su delicioso y sencillo menú grecoespañolSifnos House, una pequeña casita frente al menospreciado puerto de Kamares, está a pocos pasos de una playa de arena y una animada hilera de tabernas junto al mar.

Ensenada cristalina en la isla de Hidra .

Ideal para: codearse con los artistas. Cuando el coleccionista de arte más famoso de Grecia, Dakis Joannou, está en Hidra, se sabe. Su yate, Culpable, tiene una pintura de “camuflaje” estridente, obra de Jeff Koons. Cada verano, Joannou invita a peces gordos como Matthew Barney y David Shringley para crear instalaciones artísticas en el antiguo matadero de la isla. Hasta el colegio cede su espacio para exposiciones de arte durante las vacaciones de verano. Desenfadada y protegida por una orden de conservación, Hidra siempre ha sido la isla musa de los artistasLeonard Cohen inició la tendencia en los 60 y ahora Brice MardenSadie Coles y Juergen Teller tienen una residencia aquí. Los artistas atenienses buscan plaza en la Escuela de Bellas Artes, una de las enormes mansiones de piedra gris con vistas al puerto en forma de herradura. Músicos de todo tipo ensayan y graban en Old Carpet Factory, una casa del siglo XVIII cuyos techos de doble altura y depósito de agua subterráneo crean una acústica espectacular.A menos de dos horas de Atenas, Hidra se llena de la jet set griega los fines de semana. Vienen aquí a desconectar y relajarse, pero también para hacer vida social. La zona de costa es en la que se concentra la crème de la crème. ¡Mira! Ahí está Olivia Palermo en The Pirate Bar y Chloë Sevigny pavoneándose en el chiringuito Hydronetta¿Qué más da que apenas tenga playas? Siempre puedes buscar una roca bañada por el sol desde la que zambullirte a las aguas más limpias del mundo.DÓNDE ALOJARSEConstruido en 1796, el hotel de nueve habitaciones Orloff Boutique rezuma encanto tradicional. Si la piscina es condición sine qua non, échale un vistazo a la atmósfera de Bratsera.

Milos: la isla griega en la que que querrás quedarte para siempre
  • Ideal para: los fotógrafos en busca de una línea de costa peculiar y llamativa.Todo el mundo conoce a la Venus de Milo (conservada en el Louvre desde el siglo XIX), pero hasta hace muy poco casi nadie conocía Milola isla volcánica en la que se descubrió esa bella representación de Afrodita. Los que conocen los secretos de la isla los guardan con celo, en especial sus 70 (o más) playas; sin duda, la línea de costa más sorprendente y diversa de todas las islas griegas.Poco a poco, el público está descubriendo las maravillas de Milo. Instagram está lleno de fotografías sin filtro de los acantilados blancos que serpentean la línea de Sarakiniko, el estanque verde esmeralda de Papafragas y los coloridos y desvencijados syrmata, pequeñas casas flotantes encajadas entre la roca y el mar (un consejo: las mejores fotos se sacan en Klima y Mandrakia). Este pintoresco escenario ha tomado forma gracias a los minerales que llevan mucho siendo fuente de riqueza: obsidiana, alumbre, barita y azufre, que aún bulle en los muchos baños termales de la isla. A medida que la industria minera de 11 000 años de antigüedad da paso poco a poco a la del turismo, han ido apareciendo varios hoteles de lujo. El momento de ir es ahora, antes de que el goteo de turistas se convierta en un tsunami.DÓNDE ALOJARSELa cuatro sencillas suites blancas del negocio familiar Captain Zeppos están a pie de playa y el desayuno casero es excepcional. Para un retiro tranquilo, te recomendamos el Skinopi Lodgetres discretas villas en la ladera de una colina con vistas al horizonte. Al final de un camino de tierra sin asfaltar, el ultra minimalista Milos Cove está aún más recogido: un rincón escondido y lleno de estilo, perfecto para relajarse con el dolce far niente.

Encantadoras vistas de los edificios encalados y las playas de Serifos .

Ideal para: naturalistas y puristas. Serifos es el exitazo de las Cíclades que nadie se vio venir: un lugar de retiro veraniego para interioristas y arquitectos que prefieren playas de arena más privadas (hay una mujer francesa en concreto que protege su rinconcito de la isla con tanto celo que le cuenta a todos sus amigos que veranea en la vecina Sifnos). Hasta en agosto, lo más alto de la temporada alta, se pueden encontrar ensenadas tan íntimas que podrás bañarte sin ropa sin que nadie te descubra.Esto se debe a que las mejores playas (Kalo Ambeli, Vagia o Skala) solo son accesibles por unos truculentos caminos sin asfaltar o por senderos silvestres. Otra opción aún mejor es alquilar una lancha motora del tranquilo puerto de Livada. No te olvides de atracar frente a la taberna de Anna en la playa de Sikamia para disfrutar de su pescado fresco y sus ensaladas con ingredientes del huerto de la finca.En la empinada cresta de Chora apenas hay vida nocturna, tiendas de lujo u hoteles elegantes, pero no los echarás de menos cuando te tumbes a la bartola con un pastel de hinojo y una copa de raki en Stou Stratou, cuando compres la preciosa cerámica minimalista de Natassa Kalogeropoulou en Kerameio o mientras escuchas a los paisanos griegos charlando en el anfiteatro al aire libre. Y todo esto a solo tres horas de Atenas.DÓNDE ALOJARSEChill & Co es el último grito de los alojamientos de la zona, con sus nueve habitaciones frente al puerto y un increíble bar de desayuno y cócteles. En Chora está The Captain’s House, una preciosa mansión decimonónica restaurada que está disponible en Airbnb.

Vistas del mar azul y los abruptos acantilados de Amorgos .

Ideal para: los amantes de los espacios abiertos y el mar azul.Llegar a Amorgos no es en absoluto sencillo. En un temporal, los ferris rápidos se quedan en tierra y las embarcaciones lentas tardan hasta ocho horas en completar el trayecto desde Atenas. Al desembarcar en Katapola, un pequeño y tranquilo puerto plagado de pequeñas tabernas (nuestras favoritas son Prekas y To Mouragio), te saluda un cartel que dice: “Bienvenido a Amorgos. Nadie te encontrará aquí”.Ese es justo el encanto de Amorgos. Esta escarpada isla de las Cícladas siempre ha atraído a los lobos solitarios, los senderistas, los buceadores y los peregrinos que suben a trompicones por el acantilado hasta el monasterio de Hozoviotissa, una pequeña mancha blanca suspendida a 300 metros sobre el mar. En esta costa el agua despliega una infinidad de tonos de azul y a la vez es tan cristalina que puedes ver a los erizos de mar agazapados entre las rocas. Hasta los senderos perfumados de salvia se llaman Caminos Azules, porque mires en la dirección que mires se ve el azul infinito del cielo y el mar.Con una población de menos de 2000 habitantes, los lugareños están en inferioridad numérica en comparación con las cabras greñudas, que, en ese entorno natural, están en su elemento. Pero no hace falta ser un ermitaño para disfrutar de Amorgos: hay multitud de bares en los que se reúnen los fans de la isla verano tras verano: Jazzmin, en Chora, para unas partidas de backgammon y unos cóctelesPergalidi, en Langada, para disfrutar del jazz y las infusiones de hierbas; Seladi, en Tholaria, con unas vistas de vértigo y un telescopio para observar las estrellas.DÓNDE ALOJARSEHay muy pocos alojamientos en Amorgos, más allá de habitaciones en alquiler muy simples. La excepción es Vorina Ktismata, que ofrece cinco pequeños apartamentos con vistas a los tejados encalados de Chora.

Colorido puerto en Paxos .

Ideal para: quienes buscan un equilibrio perfecto entre aislamiento y sofisticación.Paxos es un ejemplo perfecto de que los mejores perfumes se guardan en frascos pequeños, no por sus hoteles de cinco estrellas (porque no hay casi ninguno) ni por sus playas de arena (por lo mismo), sino por su mar de un azul profundo y sus tres encantadores pueblecitos portuarios, cada uno más bonito que el anterior, hasta el punto de no poder elegir un favorito. En el tranquilo Loggos, en la costa noreste, las noches se pasan en la terraza con vistas al mar del bar Taxidi, donde el dueño, Spiros, organiza jam sessions con los músicos locales bajo un cielo cuajado de estrellas. También puedes pasarte los días a la bartola en los cafés a pie de playa de Lakka, viendo a los ágiles navegantes faenando en sus yates. A resguardo del viento pero en pleno centro de la vida social, el puerto principal de Gaios tiene una característica arquitectura veneciana y una amplia población de sofisticados italianos, propietarios de las villas de piedra pálida escondidas en el boscoso interior o en la cima de los acantilados de piedra caliza de la costa oeste. Para los muchos fans británicos de Paxos, todos los caminos llevan al Ben’s Bar, un garito alegre y fresco en la playa Monodendri, donde puedes holgazanear bajo los olivos con una torrija y una piña colada. No dejes de alquilar una lancha motora para recorrer la costa hasta ensenadas pedregosas como Mamari o Kipiadi, o para llegar hasta Antipaxos, una isla aún más pequeña que causa furor entre los privilegiados que se acercan en yate: los caminos que culebrean entre los viñedos y huertos de árboles frutales bajan hasta bahías con un mar tan limpio que no parece real.DÓNDE ALOJARSECasi no hay hoteles de lujo en Paxos, pero sí docenas de villas muy atractivas entre las que elegir. The Paxos Villa tiene una posición privilegiada en los famosos acantilados Erimitis. La casa de piedra de estilo tradicional griego con tres habitaciones está totalmente reformada para incluir todas las comodidades modernas, como una ducha de lluvia o una cocina abierta; pero lo que realmente le da la puntilla son tanto las vistas como la piscina.

Vista del mar azul desde una cala en Creta .

Ideal para: disfrutar de los monumentos, las experiencias de aventura y días soleados todo el año. La mayor de las islas griegas y el lugar de nacimiento de Zeus, Creta lo tiene todo: ruinas antiguas, picos montañosos cubiertos de nieve y playas para aburrir. El sol está garantizado prácticamente todo el año, pero pasear y hacer turismo tiene un encanto especial en primavera. El palacio minoico de Cnosos es glorioso, aunque el interminable goteo de excursiones de turistas le quita un poco de encanto (un consejo: ve a primera hora, a las 8 de la mañana, que es cuando abre), pero hay otros enclaves históricos menos conocidos y absolutamente arrebatadores, como Aptera y Malia, por toda la isla. Los dieciséis kilómetros de longitud del desfiladero de Samaria siempre está a rebosar de peregrinos, pero hay otros 50 cañones que pueden explorarse, y a menudo solo los compartimos con las esquivas kri-kri (cabras salvajes). Una de las rutas de senderismo más impresionantes atraviesa el desfiladero de Aradena por la región agreste y accidentada de Sfakia y termina en Marmara, una prístina ensenada en el mar Libio, donde podrás darte un chapuzón refrescante y almorzar en una de las mejores tabernas de CretaDialiskari.A excepción de Elounda, un enclave ostentoso popular entre la jet set, la costa noreste ha recibido el castigo de la explotación urbanística. Si quieres vivir la experiencia auténtica de los pueblos rodeados de campos de olivos y naranjos, dirígete al oeste, al valle de Amari o a Apokoronas, o al sur, donde están las mejores playas de Creta. ¿Nuestra recomendación? Ligres, Sougia y Kedrodassos. Otra opción es hacer un retiro en la naturaleza en Milia, un caserío del siglo XVII que utiliza íntegramente energía solar. Todas las opciones del menú utilizan solo ingredientes cultivados, pescados o criados de manera local. De hecho, es casi imposible comer mal en Creta, ya que produce increíbles quesos, mieles y aceite de oliva, así como platos de paletilla, conejo o cerdo asado.El tiempo parece detenerse en los pueblos de montaña, donde lugareños de bigotes poblados te dan la bienvenida con unos chupitos de raki para desayunar o celebran el santo de alguien con una salva de disparos al aire. Hasta los carteles de tráfico están llenos de agujeros de bala.DÓNDE ALOJARSEEn una bahía arenosa cerca de Chania, el hotel Ammos combina con buen tino la elegancia escandinava con un aire familiar. El caserío de 300 años de antigüedad de Kapsaliana Village, rodeado de campos de olivos, exuda un aire de serenidad y autenticidad. El Blue Palace Resort & Spa gana la competencia feroz por ser el mejor alojamiento de Elounda con el edificio de piedra del club de playa Isola y sus tratamientos de talasoterapia en el spa. El Cretan Malia Park no está en la zona más bonita de la isla, pero es el nuevo resort estrella de la isla: es todo elegancia y naturalidad.

Barcos atracados en la costa de Ítaca .

Ideal para: vivir un retiro mitológico para parejas o exploradores.A pesar de la leyenda que la rodea, la tierra del protagonista de la Odisea de Homero es bastante poco conocida. Las calas de turquesa y esmeralda de Ítaca son populares entre los amantes de la vela, pero pocos visitantes se aventuran en las colinas boscosas, así que no es descabellado ser la única persona explorando las ruinas del siglo VIII AC del palacio de Odiseo, o recorriendo el embriagador sendero hasta la iglesia de Anogi, cubierta de frescos bizantinos (puedes pedir la llave en la cafetería del pueblo; aprovecha para pedir a la dueña que te cocine algo, tal vez una ensalada de tomate, un queso local o paletilla a la brasa, con ingredientes de su huerta o de los campos de los vecinos).Hay un sendero de bajada de lo más emocionante de Anogi a Kioni, el diminuto puerto donde podrás encontrar la cafetería perfecta junto al puerto, Spavento. Ve a cualquier hora del día o de la noche para disfrutar de sus helados, cócteles y de un hilo musical que hace que te cante el corazón. Las tabernas junto al mar en el tranquilo puerto de pesca de Frikes son siempre una delicia, especialmente Ageri. La resguardada ciudad portuaria de Vathy no es mucho más animada, pero el Mylos Bar tiene una energía deliciosamente pícara. Casi todas las playas son pequeñas y pedregosas, pero el mar es tan transparente y fresco como un gintonic. La pequeña y abrupta Ítaca, tan auténtica, tan inmaculada y tan difícil de alcanzar (para bien o para mal), es un lugar idóneo para perderse.DÓNDE ALOJARSEDisfruta de las eternas brisas jónicas y de las vistas de las colinas en esta serena casa en Airbnb. Para quienes viajan en familia, Levendis Estate es un lugar de retiro ecológico en el que los niños pueden recoger fruta cultivada de forma orgánica, alimentar a las ovejas o corretear por el bosque hasta la piscina desbordante escondida en la foresta.

Vistas de Folegandros  y la escalinata que sube hasta la iglesia de Panagia.

Ideal para: los que buscan autenticidad y un toque bohemio.La plaza del pueblo debería ser la primera para obligatoria en cualquier isla griega: te sientas en tu cafetería favorita, te enteras de los últimos cotilleos y te ajustas al lánguido ritmo de vida. En Folegandros esto tiene sus dificultades: la capital al filo de un acantilado, Chora, no tiene una sino tres plazas, todas rebosantes de un revoltijo de cafeterías, tabernas y diminutos bares de raki. Pounta es muy recomendable: el danés que lo regenta fabrica (y vende) los boles y tazas desparejados en los que sirve el café y el yogur griego. De Chora surge una escalinata zigzagueante hasta arriba, arriba, arriba, hasta llegar al único monumento de la isla, la iglesia de Panagia. Te recomendamos que hagas la ruta al amanecer (si el madrugón te tira para atrás, recuerda que solo es madrugón si te acuestas, así que una opción es pasar toda la noche de fiesta en el minúsculo bar Astarti).Folegandros («duro como el hierro» en griego antiguo) es tan árida como su nombre indica. Para proteger los árboles frutales, se amontonan piedras en su base. Aquí no encontrarás playas paradisíacas con hileras de hamacas; solo ensenadas pedregosas y limpias, como KatergoAmbeli y Livadaki.  Encajada entre las rocas que se ciernen sobre la bahía de Agios NikolaosPapalagi sirve enormes langostinos y pulpo entero a la parrilla en una terraza de madera con vistas al horizonte. Los taxis marítimos prestan sus servicios a algunas de las islas durante la temporada alta; de lo contrario, solo te queda recorrer los senderos rocosos hasta el agua para refrescarte. Si pasas por Ano Meria, para en Mimis o Synantisi y prueba la especialidad local, la matsata (un estofado de paletilla o conejo con pasta casera).DÓNDE ALOJARSEA medio camino entre el puerto y la ciudad, Anemi tiene un diseño fresco e ingenioso y es ideal para familias y amantes del deporte, ya que tiene un estudio de yoga en el viñedo. Simple y elegante, Anemomilos pone el énfasis de la estancia en las vistas de infarto; la servicial familia Patelis y el bar al borde del acantilado son algunos de los encantos del hotel. El hotel Blue Sand se cierne sobre la ladera sobre la playa de Agali. Tanto el espacio como la privacidad están un poco limitados, pero con esas vistas y la escalinata que conduce directamente al agua lo compensan.

El sol se refleja en el puerto de Mykonos .

Ideal para: fiestas de puro lujo y hoteles de cinco estrellas.Mykonos tenía locales de ambiente y fiestas hasta el amanecer antes de que se inventaran las raves. Su encanto bohemio no se ha desvanecido desde la década de los 60, aunque las playas una vez vírgenes ahora rebosan salones de manicura, entrenadores personales y música electrónica zumbando a todas horas. El vaivén de supermodelos y yates de lujo ha conllevado una nueva ola de hoteles y restaurantes a la última. El lugar más popular para presumir de abdominales es Scorpios, un chiringuito de aire liberal capaz de hacer sombra a los garitos más exclusivos de Ibiza (puedes reservar una cabaña aquí para ver el atardecer). Para la fiesta no hay más opción que Astra, donde podrías encontrarte con Keith Richards charlando con Karolina Kurkova. Ya no es un destino tan importante para la comunidad LGTB, pero aún hay grupos de drag queens y culturistas aceitados que gustan de darse un chapuzón en Jackie O con vistas a la playa del hotel Super Paradise.Si tanto exceso y opulencia no es de tu gusto, haz una escapadita a la taberna Fokos para unas ensaladas de superalimentos o unas chuletas de cordero, o a Kiki’s, un asador poco conocido con vistas a la bahía de Agios Sostis, donde hasta Naomi Campbell tiene que esperar para que le den mesa. También puedes coger un crucero hasta la islita de Delos, un santuario arqueológico a la que una vez acudieron hasta 30 000 devotos del Dios Sol (el templo está dedicado a Apolo, el dios griego de la luz).DÓNDE ALOJARSESi estás buscando un lugar de fiesta, échale un vistazo a Soho Roc House: los huéspedes tienen acceso prioritario a Scorpios y sus fiestas de piscina son la bomba. Para algo más tranquilo, el resort Santa Marina se extiende por una península privada con spa completo, una playa de arena secreta y un yate Riva para hacer una escapadita a Nammos o Scorpios, si es que puedes levantarte de la tumbona adoselada. Si prefieres alojarte donde está la acción, Branco, en la playa Platis Gialos, o The Belvedereel alojamiento más apreciado de Chora. Si vas en grupo, reserva Villa Fleur de Sel, un espacio para 12 personas diseñado con gusto y equipado con piscina desbordante y barbacoa.

Iglesia en el pueblo de Pyrgos en la isla de Tenos .

Ideal para: quienes buscan una experiencia tradicional.Tenos tiene más de 50 pueblos, todos dignos competidores al título de más bonito de la isla. En Pyrgos, famoso por su artesanía en mármol, hay pájaros esculpidos y flores decorando todas las entradas. En Volax, los cesteros se sientan fuera de esas enormes rocas, que podría haber arrojado un enfurecido Zeus contra la tierra en un ataque de rabia, en las que han esculpido sus encantadoras casitas. Hay hasta un pueblo llamado “amor”, Agapi, donde puedes hincharte a buñuelos de hinojo salvaje en la única taberna del lugar. Tenos se toma la gastronomía muy en serio: hay festivales de la alcachofa, la alcaparra y la miel. Marathia inauguró el panorama de comida directa de la granja (o el bote de pesca) a la mesa, elevando la complejidad de los ingredientes para crear platos más elaborados y modernos. Para una comida perfecta en el escenario perfecto, prueba el risotto de sepia y el pulpo caramelizado en mosto de Thalassaki, servido en el muelle con vistas a la playa de Isternia; después tómate algo en Exomeria bar mientras contemplas el sol hundiéndose en el horizonte.Tenos está solo a 15 minutos de Mykonos, así que es sorprendente que no esté invadida de turistas. Eso sí, el 15 de agosto el puerto se llena de peregrinos ortodoxos que vienen a besar los iconos religiosos del monasterio de Panagia Evangelistria, uno de los lugares más sagrados de Grecia. Por lo demás, la isla está milagrosamente virgen. Las capillas aisladas y los caprichosos palomares salpican las laderas cubiertas de tomillo, que bajan hasta playas de arena azotadas por los vientos etesios. Hay un panorama surfero en alza en la bahía de Kolibithra, donde se ha convertido una furgoneta camper en un encantador chiringuitoDÓNDE ALOJARSEXinara House, en lo alto de las colinas, es un antiguo episcopio reconvertido en una íntima casa de invitados, restaurada con elegancia mezclando mosaicos tradicionales, arte contemporáneo, loza antigua y muebles de diseño. Si buscas un Airbnb, The Detailor es una villa moderna muy bien diseñada con unas energías relajantes y unas vistas espectaculares.

Terraza con vistas al mar en Patmos .

Ideal para: los amantes de las casitas con un encanto único. Patmos tiene algo que solo se puede describir como je ne sais quoi: una cualidad indescriptible que irradia de la joya de la corona, el monasterio medieval de San Juan. La fortaleza cubierta de torretas, a rebosar de reliquias bizantinas, recibe su nombre de Juan de Patmos, que recibió sus visiones apocalípticas en una cueva de la zona. La blanquísima Chora, considerada patrimonio de la humanidad, es el lugar al que la crème de la crème y los expertos en moda acuden en sus visitas. Los muros altos y los portones esconden magníficas mansiones que datan del siglo XVI. La influencia religiosa de la zona ha mantenido la vida nocturna a raya; si quieres codearte con la jet set, lo mejor es que te vayas a Astivi o Stoa, dos bares de una elegancia discreta en la pequeña plaza Agia Lesvias de Chora. El ambiente playero es relajado y más bien lánguido: nuestros lugares favoritos son Psili Ammos y Livadi Geranou. Es esencial hacer una reserva en Benetos, para probar la cocina fusión mediterránea y asiática con productos de granja orgánica, o en Lampi, si te apetece tomarte un pescado a la parrilla en una playa de guijarros purpúreos.Llegar a Patmos requiere determinación: no tiene aeropuerto y desde Atenas son nueve horas en ferry, lo que mantiene a las hoi polloi (las masas) alejadas de la isla. Los verdaderos lobos solitarios se suben a un barco de pesca que va de Patmos a Marathi (una isla de solo doce habitantes) para vivir la experiencia de náufrago en Pantelis, una taberna divina que alquila habitaciones modestas.DÓNDE ALOJARSEArchontariki ofrece cinco hermosas e íntimas suites en ChoraPatmos 360 tiene cuatro casas en Chora que derrochan encanto y detalles históricos, todos restaurados con esmero por la arquitecta local Katerina Tsigarida. Con vistas a la playa de PetraOnar Patmos consta de un puñado de casas llenas de antigüedades apiñadas en torno a la piscina. Si buscas algo más moderno y equipado con piscina, nuestra recomendación es White Key.

El puerto de Symi el ms bonito de toda Grecia.

Ideal para: los enamorados de las calas íntimas y las fotos de postal del puerto. La pequeña Symi tiene el puerto más bonito de toda Grecia. A medida que rodeas el cabo, las mansiones neoclásicas que exhiben todos los tonos de albaricoque y melocotón emergen como un espejismo de mar. Construida en el siglo XIX por comerciantes de esponjas y especias, la ciudad entera es ahora un monumento nacional. Para explorarla, necesitarás unas piernas fuertes, aunque no un coche, porque la subida hasta a acrópolis en ruinas es de unos 500 escalones. La única carretera digna de tal nombre desaparece antes del monasterio de Panormitis, un lugar de peregrinaje muy importante. Las increíbles playas, como la de Ayios Yorgos Disalonas (enmarcada por unos titánicos acantilados) y Marathounda (plagada de cabras que intentarán robarte el almuerzo) solo son accesibles a pie o en barco. En las escarpadas tierras del interior se esconden más de cien monasterios entre los bosques de pinos y cipreses.Con su glamour relajado, relucientes aguas y un microclima casi tropical, Symi causa furor entre los visitantes franceses e italianos que llegan con sus yates. Podrás verlos comiendo gambitas fritas, una especialidad de la zona, en la sensacional taberna de Tholos, donde la calidad de la comida compite con las vistas del puerto por la atención de los visitantes.DÓNDE ALOJARSEEl Hotel Aliki, justo a pie de playa, nos permite viajar al siglo XIX hasta el más mínimo detalle, incluidos los crujidos del suelo de madera. The Old Markets es el único hotel de lujo, pero solo tiene 10 habitaciones, así que más te vale ser rápido a la hora de reservar. Su hotel hermano, Emporio, es más humilde y sencillo, con solo cinco habitaciones y una cabaña privada con vistas a la tranquila playa de piedras de Nimborio, uno de esos pueblitos que solo tienen una taberna. Para salir de la cama a la playa directamente, échale un vistazo a On The Rocks, una preciosa cabaña que flota sobre el Egeo.

El encantador pueblo de Chora en Astipalea .

Ideal para: escapar de las multitudes.A pesar de su acceso sorprendentemente fácil (desde Atenas salen vuelos diarios de solo una hora de duración), Astipalea representa un estilo de vida más pausado, amable y en contacto con la naturaleza Los miradores de cada una de las colinas broncíneas ofrecen diferentes perspectivas de Chora, desde el castillo veneciano en lo alto hasta la costa de Skala; en la ciudad, el aroma de las galletas de azafrán cubre las calles encaladas. Recogida bajo las almenaras, el bar Castro tiene una terraza de fantasía que parece flotar sobre el archipiélago.La playa más cercana es la de Livadi, una especie de resort rodeado de campos de árboles frutales. El resto de la isla es abrupto y asilvestrado. Los caminitos traicioneros serpentean hasta las bahías de guijarros como la de Vatses, con un chiringuito espectacular, y Kaminakia, donde la taberna con producto de producción local de Linda sirve la mejor paletilla de todo el Dodecaneso.Si buscas verdadera soledad, alquila una lancha motora en Maltezana, un pueblecito pesquero tradicional, y dirigirte a Koutsomiti y Kounoupes, pequeñas islitas conectadas por la playa. En Vathy hay una laguna con grafiti eróticos de 2500 años de antigüedad grabados en la roca, y su única taberna, Galini («paz»), que es un resumen perfecto de la esencia de Astipalea.DÓNDE ALOJARSESaluti da Stampalia, con sus siete habitaciones discretas pero elegantes con vistas al mar, ha subido el nivel en una isla en la que la mayoría de alojamientos son bastante sosos. Otras opciones son Melograno Villas u Oltre Maresencillos dúplex con vistas al infinito mar azul.

Las colinas verdes de Zacinto .

Ideal para: unas vacaciones en la playa con niños o adolescentes. Zacinto, o Zante, se ha deshecho de su reputación de destino de juerguistas (si quieres evitar este tipo de entretenimiento, no te acerques a Lagana ni a la zona urbanizada de la costa sur) y se ha ganado la de ser la isla más verde de Grecia. No es solo por las colinas esmeraldinas que se alzan contra el azul eléctrico del mar Jónico; gran parte de la costa sur es una reserva natural en la que las tortugas bobas, en peligro de extinción, salen del cascarón. Estas zonas tienen el acceso restringido, pero hay infinidad de ensenadas teñidas de cualquier tono de azul o verde imaginable. Nuestras favoritas son la pequeña Xigia, con sus burbujeantes aguas termales sumergidas, y la escapada Porto Limnionas, con tumbonas encajadas entre las rocas y las sombrillas de paja colocadas estratégicamente entre los pinos. Skinari es el punto de salida de muchos viajes en barco a los monumentos más famosos, las Cuevas Azules y Bahía Navagio (también llamada Shipwreck, “naufragio”), donde un oxidado transatlántico varado oscila contra los blancos acantilados. Desde Keri puedes hacerte a la mar hacia la isla Marathonisi, otro santuario de tortugas.El interior montañoso, plagado de tranquilos pueblecitos de piedra sobresaliendo en los bosques de pinos, es ideal para hacer rutas en bicicleta y senderismo (Eco Zante puede organizar actividades al aire libre con guías nativos). El Parque de Piedra de Askos es un santuario de vida natural poblado de ciervoschinchillas y docenas de otras especies. Después de explorar el castillo veneciano en lo alto del puerto, invita a tus niños a unas pizzas de masa fina (con ingredientes al gusto adulto, como bresaolaberenjena y queso gorgonzola) en Alesta, en la preciosa plaza de San Marcos.DÓNDE ALOJARSE Porto Zante, que consta de ocho villas con calidad de cinco estrellas sobre una prístina bahía de arena fina, es perfecta para huéspedes de todas las edades: tiene un parqueminigolf e instalaciones para cualquier deporte acuático. Las suites Zante Maris, así como el hotel Olea justo al lado, están más dirigido a adultos, dada su estética hippie, pero también acepta a niños mayores de 12 años.

Los molinos y el faro del fuerte de Rodas .

Ideal para: viajar atrás en el tiempo.Cuando el escritor Lawrence Durrell llegó a Rodas tras la Segunda Guerra Mundial, se encontró con una isla devastada por siglos de cruzadas e invasiones. Igual que el Coloso caído, era “una Rodas rota en mil pedazos deseosa de reconstruirse”. Desde entonces, Rodas se ha reinventado como uno de los mejores destinos vacacionales de Grecia. La mayor atracción es la ciudadela medieval en la ciudad de Rodas: si paseas junto a las almenaras verás iglesias bizantinas, ruinas romanas, sinagogas y minaretes. Busca en el laberinto de callejuelas el Marco Polo, una casa de invitados del siglo XV decorada como el harén de un general otomano, con un encantador restaurante en el jardín.Los hoteles más caros se apiñan en torno a Lindos, con su magnífica acrópolis rodeada de acantilados de pizarra y cuevas verde esmeralda. Haz una visita para disfrutar de las vistas… y del espectacular ragú de pulpo del restaurante Mavrikos.A medida que te diriges al sur, los resorts de lujo son sustituidos por playas de arena dorada, como GlystraTsambika y Fourni. En el interior, encontrarás bosques alpinos (en el monte Attavyros), castillos en lo alto de las colinas (en Monolithos), frescos desvaídos (en Agios Nikolaos Foundoukli) y ruinas antiguas (en Kamiros). En la punta sureste de la isla, la arenosa penísula de Prasonisi se adentra en el lugar en que el mar Egeo y el Mediterráneo se unen. Un lado es tranquilo, el otro agitado: una metáfora perfecta de esta isla dividida.DÓNDE ALOJARSE Casa Cook, un alojamiento solo para adultos, es un rinconcito muy chic que rompe todas las reglas del todo incluido (jamás pensarías que lo creó Thomas Cook). En el casco antiguo de Rodas, Kokkini Porta Rossa es una íntima casa de invitados del siglo XIV plagada de antigüedades dignas de un museo. Las suites de estilo otomano en Melenos Lindos tienen techos pintados a mano y camas con plataforma de madera tallada.

La idílica playa Elia en Skiathos .

Ideal para: tumbarse en la arena con un buen libro. Skiathos será la isla más pequeña de las Espóradas, que cuenta entre sus miembros la tranquila Alonnisos y la hermosa Skopelos, en la que se rodó Mamma Mia!, pero también es con diferencia la más popular, especialmente para familias, que acuden a sus playas de arena sedosa y su energía tranquila. La isla tiene algunas de las mejores playas de Grecia, entre las que destacan Koukounaries, en la zona sur, enmarcada por los árboles verdes y las aguas turquesas; es una de las más celebradas, y también una de las más visitadas (olvídate de conseguir una tumbona aquí en temporada alta). Las playas del norte de la isla, que solo son accesibles tras recorrer en coche las abruptas y serpenteantes carreteras que hacen zigzag entre las pinedas, son más salvajes pero no por ello menos idílicas: llegar a la playa de Elia, con sus aguas transparentes y su taberna de madera desgastada por el salitre, es como entrar en el mismísimo cielo.Cuando el sol se oculta, la vida nocturna de la ciudad comienza a animarse, con casi toda la acción concentrada en la calle Papadiamantis, la zona comercial. Recórrela para mirar escaparates de joyas artesanales y otras chucherías de camino a la cena, o compra unas delicatessen locales de la lujosa tienda de Ergon, que tiene franquicias en Atenas, Thessaloniki y Mayfair. Los restaurantes más concurridos se apiñan en el puertoBourtzi, en la cima de una islita rocosa, es el mejor sitio para unos cócteles vespertinos, y The Windmill, para una cena de postín. Para las vistas más encantadoras, dirígine a Sklithri y reserva una mesa en la taberna a pie de playa. Pídete una cerveza Mythos bien fríaqueso feta al horno y un plato de verduras a la parrilla totalmente deliciosas y disfruta del atardecer en el Egeo con los pies en la arena.DÓNDE ALOJARSELos alojamientos de lujo no eran una de las atracciones de la isla… hasta la apertura del Elivi en 2018. Situado en la cima de una colina de la península de Punta, este hotel tiene habitaciones decoradas con un gusto exquisito y una de las cuatro playas más bonitas de la isla a pocos metros. White Key alquila algunos lugares de ensueño, como Villa Orelia, que incluye su propio cine de verano privado.

Ensenada paradisíaca en Lefkada .

Ideal para: marineros, surferos y amantes de las playas.Lefkada es una anomalía en toda la lista que hemos presentado. A diferencia de otras islas Jónicas, es accesible desde tierra a través de una carretera elevada en la punta noreste. La capital de Lefkada, que quedó derruida tras un terremoto en los años 50, no tiene una belleza arrebatadora, pero sí la tienen las famosas playas bordeadas de acantilados, Egremni y Porto Katsiki. Mires donde mires encontrarás playas resguardadas del viento, pero si has venido para domar las olas, la costa sur es ideal para el windsurf (dirígete a Vassiliki o Sivota, donde se celebran los campeonatos mundiales de windsurf) y la bahía de Agios Ioannis está a rebosar de aficionados del kitesurf. En Nidri, ignora los tugurios y los centros de deportes acuáticos y súbete a un barco para explorar los islotes vecinos. Podrás nadar por las cuevas de Kalamos, comer espeto de atún con tarama en la taberna Errikos de Meganisi, que causa furor entre los billonarios más discretos. También podrás ver el atardecer con un mastika aromatizado con albahaca con tónica en Mylos, un molino reconvertido en bar en Kastos.Si buscas un ambiente más fresco o apartado de los turistas de verano, atraviesa los bosques de avellanos y pinos hacia el interior montañoso de Lefkada y explora los tranquilos pueblos de Karya (hogar de un encantador museo de textil), Eglouvi (ideal para jugar al backgammon a la sombra de los plataneros) y Exanthia (para ver cómo se pone el sol sobre las nubes en el restaurante Rachi). Podrías incluso ver a los aventureros lanzándose en parapente desde la montaña.DÓNDE ALOJARSEA diferencia de la mayoría de alojamientos de la isla, que son bastante impersonales, Villa Lefkada tiene un aire bohemio y lleno de vida, además de una increíble piscina. Por otra parte, Idilli Villas es un conjunto apartado de casas de piedra, la mayoría con piscinas privadas. Con un paseo de diez minutos llegas al precioso pueblo costero de Agios Nikitas (que además tiene increíbles tabernas especializadas en pescado; prueba Sapfo).